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El animal más grande de los bosques andinos y la única especie de oso que existe en Venezuela hace una vida solitaria, menos en la época de celo, cuando forma pareja hasta que la hembra decide que el alumbramiento se aproxima y que el macho debe alejarse para siempre de su cría, porque de lo contrario peligra la vida del recién nacido. Actualmente, a pesar de su imponente carácter y fuerza, el oso frontino desaparece lentamente de los territorios que domina, al mismo tiempo que avanza la tala de los bosques y el arado de los páramos, situación que se agrava con la cacería furtiva de la que es víctima. Su Característica nómada, le hace caminar muchos kilómetros diarios para cubrir sus necesidades alimenticias; de allí que su existencia se ve amenazada cuando desaparecen las extensiones de bosques que interconectan los distintos parques nacionales de la región andina. Según el estudio "Plan de Acción para el Oso Andino en Venezuela", existe un oso por cada 25 kilómetros cuadrados, cantidad que es bastante baja, lo cual significa que la población total en el país no llega a 400 individuos. Por esta razón es considerada Especie Vulnerable, pudiendo estar dentro del status de Especie en Peligro. El oso de los anteojos está distribuido a lo largo de toda la cordillera andina, desde Bolivia hasta Venezuela. En nuestro país, su presencia comienza en los alrededores de Barquisimeto, en el Parque Nacional Terepaima, y continúa hasta el Táchira. A lo largo de este camino, el bosque aparece y desaparece, y en algunos lugares está más amenazado que en otros; por ejemplo, en las montañas de Lara y Portuguesa, los bosques frecuentemente son interrumpidos por cultivos de café y tubérculos, y si el oso se aventura por allí es probable que sea pieza de caza. Se calcula que los osos frontinos necesitan de tres a cinco mil hectáreas para satisfacer sus necesidades de vida. De allí la necesidad de los corredores de bosque, para que puedan desplazarse entre diez y quince kilómetros diarios, sin agotar sus recursos alimenticios.Proteger al oso tiene ventajas para todo el ecosistema, porque el proporcionar una buena calidad de vida al animal más grande del bosque implica proporcionárselo a todos los demás habitantes. También beneficia la preservación de los recursos hídricos, ya que los lugares donde vive son zonas críticas de la producción de agua, tierras donde abundan cabeceras de ríos como el Uribante-Caparo, Santo Domingo y Boconó, y garantiza la conservación de los paisajes de alta montaña, que es materia de interés para el turismo ecológico y de naturaleza. Gracias al carisma del oso, el proyecto logró calar muy hondo en el sentir de quienes habitan las montañas, por medio de un programa de concientización. La campaña de información va dirigida más hacia el campesino que a la gente de la ciudad, porque en los páramos existe la creencia de que ataca a los animales de pastoreo, sin embargo, el oso utiliza esto como último recurso e incluso se han visto pastando al lado de las vacas sin atacarlas. El Proyecto de Conservación del Oso Frontino es un convenio entre Inparques y Banco Andino junto a algunas otras instituciones que prestan su ayuda- y próximamente crearán un centro de reproducción en semi-cautiverio, ubicado en La Mucuy (cerca del Parque Nacional Sierra Nevada), donde la gente interesada podrá conocer al oso en su actividad natural y no preso como en los zoológicos. Estar dentro del medio ambiente del oso no resultará peligroso, porque estará aislado por un sistema de malla eléctrica invisible que impedirá el contacto directo. También habrá un centro de información, señalizaciones y guías. |