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En esta sección, nosotros preguntamos a los habitantes de Mérida por recomendaciones de quién ellos piensen que reúne las características para ser una Personalidad de Mérida. Muy pocas o ninguna de las recomendaciones vendrán de las personas que trabajan en el equipo de Andes.net. Si tu has visitado Mérida y has conocido alguna persona que tu piensas que podría ser una personalidad de Mérida, por favor envíanos un e-mail y danos tantos detalles como tu puedas. Gracias!. ALEXIS
MONTILLA En 1994, hace más de 9 años, comenzó a gestarse en Mérida un movimiento cinematográfico de tales proporciones que muchos se han atrevido a utilizar calificativos como “Meriwood” o Los Ándeles”, para referirse a esta hermosa región de Venezuela y su relación con la industria cinematográfica. Todo comenzó cuando uno de los pioneros de la actividad turística merideña, Alexis Montilla -creador de los parques temáticos Los Aleros y La Venezuela de antier- decide crear otro parque , esta vez, como un homenaje a sus padres. Alexis Montilla, el más nostálgico de todos los empresarios, quería construir un sitio de entretenimiento para toda la familia en donde pudiera mostrar de dónde venía, quiénes eran sus padres, cómo fue su infancia junto a ellos y a sus hermanos, dónde vivían y porqué decidieron enviarlo lejos de sus páramos a la edad de 6 años. Quería explicar a las decenas de miles de visitantes de sus parques, cómo hizo para construirlos; y él, hombre andino de pocas palabras, decidió hacerlo a su manera, como nadie mejor que él podía hacerlo: a través de un parque turístico. Sin embargo, su idea trascendió más allá de lo imaginable, tomando un destino paralelo que dio origen a “Una Vida y Dos Mandados”, una de las películas venezolanas más exitosas y conmovedoras de todos los tiempos. Alexis Montilla, el incansable soñador y hacedor de sus sueños, no se detuvo un día en la construcción de su nueva obra. A medida que Una Vida y Dos Mandados cosechaba triunfos en todo el mundo, su imaginación volaba hacia situaciones insospechadas. Definitivamente aquel parque que había soñado crear para homenajear a sus padres, se le escaparía de sus manos, y de su imaginación. A esta nuevo universo, Alexis le incorporó el tema de la imagen en movimiento, el cine, la televisión, la radio, el teatro, la música, la fotografía; en fin, esta nueva creación fue tomando diversas formas hasta convertirse en un parque temático dedicado a las artes audiovisuales, al que llamó La Montaña de los Sueños y enmarcó en las décadas de los años ´50, ´60 y ´70. Ubicado en la población de Chiguará, a 40 kilómetros al sur de la ciudad de Mérida, vía El Vigía, en el corazón de Los Andes, La Montaña de los Sueños se ha convertido en la nueva atracción del estado Mérida, en donde toda la familia, pero en especial los niños, son los protagonistas. Al ingresar al parque los niños pueden vivir la experiencia de estar en un autocine con vehículos de época diseñados a su tamaño, montarse en un verdadero avión turbohélice. Si tienen habilidades histriónicas pueden actuar en el Gran Circo Chalupín, o cantar, bailar y actuar en el anfiteatro El mago Camoyedo. A lo largo del recorrido los niños descubren de la manera más entretenida y didáctica, cómo se hace una película de cine mudo, cómo construir su propia cámara fotográfica y los trucos de efectos especiales en cine. Paseos en tren, carruseles, teatros de marionetas y títeres, cuentacuentos, magos, payasos, personajes de época conforman algunas de las atracciones para niños en La Montaña de los Sueños. En un gran anfiteatro toda la familia participa y aprende cómo se filma una película, en la emisora La voz de la Sierra son los visitantes los actores de la radionovela y en los estudios de televisión, los actores de El show de las doce. Restaurantes, fuentes de soda, bares, salas de cine, teatros, tiendas, museos, vehículos y trajes de época, estudios de cine y hasta un teleférico son otras de las tantas atracciones que La Montaña de los sueños ofrece para el entretenimiento y aprendizaje de toda la familia. Ya lo dijo Miguel de Unamuno: “sólo quien sueña lo absurdo logra lo imposible”. No hay mejor frase para describir las obras de Alexis Montilla.
Aquí, entre las memorables piezas, se encuentran las de quién muchos consideran un gran hombre. Un hombre creativo, un artista popular, un pionero de lo que fue entonces un nuevo medio en la plástica. Quienes fueron privilegiados de conocerlo estuvieron siempre conscientes de su regalo artístico y radiación espiritual. Su nombre fue: Juan Félix Sánchez.
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Frente
a la Plaza Bolívar, subiendo por una bonita escalera de madera, están los
tesoros del pasado. Un tranquilo lugar de sosegados pisos de madera,
formados de años de suave uso, de libros, fotografías y colección de
memorias; un lugar donde aquellos quienes aman el arte pueden expresarse,
poner en obra y disfrutar. Un lugar donde, si tu eres de los que les gusta
el arte, tu serás bienvenido. El nombre del lugar es: Casa de la Cultura
“Juan Félix Sánchez” de Mérida o más popularmente conocida La Casa de la
Cultura. 
Juan
nació en San Rafael de Mucuchíes el año de 1900, de una familia de
campesinos. Su temprana vida adulta estuvo envuelta en algunas actividades
políticas de su pueblo, sirviendo como juez. También diseñó títeres y fue
titiritero en la plaza de su pueblo. Aprendió a usar la lana y diseñó
hermosas y cálidas cobijas que le dieron fama en otras ciudades como
Caracas. Al momento de la muerte de su adorada madre, Juan en profunda
tristeza deja su pueblo y se muda a las remotas montañas del páramo
merideño, a un lugar llamado El Tisure, en compañía de su incondicional
amiga y compañera Epifania Gil. En su finca de El Potrero es donde él
desarrolla todo su talento artístico usando materiales naturales como:
piedra, arcilla, barro y madera. Aquí, Juan, de una piedra; la cual vista
desde cualquier ángulo muestra una misteriosa similitud con la cara de
nuestro libertador Simón Bolívar; erigió una estatua con la que construyó la
plaza de su museo en las montañas. En este mismo lugar construyó su primera
capilla en honor a la Virgen de Coromoto. Todo construido con sus propias
manos y de materiales naturales. Fue acá en las montañas dónde floreció su
creatividad y dónde logra gran inspiración. Como escultor él fue reconocido
como un verdadero artesano, su primer trabajo titulado Cristo - Virgen -
Magdalena, grabado en mármol, fue reconocido como una gran obra, actualmente
sin destino conocido. En los últimos quince años de su vida, Juan fue
reconocido a través de muchas exposiciones como un artista de importancia
nacional. En 1.997 él muere en un hospital de la ciudad. Dentro de estos
productivos 97 años, él hizo lo que muy pocos habían hecho.......dejó un
legado de creatividad, pureza, honestidad, trabajo duro, dedicación y el
talento de proyectar su arte en el medio plástico entre lo que muchos han
descrito como: “Formas Mágicas”.
El
amó a su creador y entendió que el hombre fue bendecido con la habilidad
para usar sus manos y su cuerpo para poner en escena y expresar las
emociones y sentimientos de su corazón. Atesoró el trabajo duro y la
creatividad, construyendo la Capilla de Piedra en San Rafael de Mucuchíes,
piedra por piedra y por si mismo!. Hoy esta capilla es de gran atractivo
turístico, donde muchos pueden descubrir el talento y la belleza del arte y
el trabajo legado por El Señor de los Páramos.